Nuevo curso político

Kichi se la juega en un nuevo curso político con Cádiz dependiendo del dinero de Europa

José María González tras su victoria electoral en 2019

José María González tras su victoria electoral en 2019 / Jesús Marín

TODO inicio de curso político es, como el escolar y el de cada comienzo de año, momento propicio para plantear compromisos y proyectos con el objetivo de cumplirlos en los siguientes doce meses de gestión ciudadana.

En esta ocasión, el curso político que se inicia el próximo miércoles tiene un valor sustancialmente más importante que los anteriores, pues de su efectivo desarrollo dependerá buena parte de la recuperación económica de la ciudad tras la pandemia.Jugamos con la ventaja de un excelente verano turístico, en el que Cádiz ha vuelto a demostrar su poder de atracción, más allá de aquellos que alertaban del caos y el olvido por el endémico problema del aparcamiento de la ciudad, o las limitaciones sanitarias aún vigentes por la pandemia y su quinta ola.

Los miles de turistas que han pasado durante estos meses por la ciudad han sido vitales para recuperar las cuentas de la hostelería y, también en parte, la del comercio de la ciudad. Esta circunstancia nos permite entrar en el otoño con un colchón financiero que no tenía Cádiz hace un año en una de las patas principales de nuestra economía.

El nuevo curso tiene un significado político más que relevante. El siguiente se iniciará en septiembre de 2022, a un paso de las elecciones municipales de mayo de 2023 sin tiempo entonces para sacar adelante proyectos ciudadanos, si acaso avanzar en los que ya estén en marcha, y metidos en esos últimos meses en la que se prevé será una larga precampaña electoral.

En este sentido, este año político que ahora se inicia fijará de forma definitiva el cartel electoral que la izquierda, el centro y la derecha presentarán a las elecciones locales de 2023. El ritmo de la recuperación social y económica de la ciudad en estos doce meses será esencial para cuantificar las posibilidades de unos y de otros y, sin duda, animará o restará interés a los posibles candidatos a la hora de presentarse o no a estos comicios.

La decisión de Kichi

Evidentemente quien encabeza este grupo de candidatos es quien hoy está al frente del Ayuntamiento, José María González. Ya hace meses que dejó caer, como adelantó este Diario, su disposición a continuar en el cargo cuatro años más.

La postura final de Kichi marcará sin duda el resultado de las elecciones. Tras seis años y medio de gobierno su figura se mantiene fuerte ante una parte relevante de la ciudadanía. Encabezar la candidatura de su formación le acercará a repetir mandato por tercera vez. Si finalmente optase por no continuar en San Juan de Dios, se pondría claramente en riesgo esta victoria, aprovechando entonces la oposición esta puerta abierta al poder.

Más allá del cansancio en la gestión diaria, lo vivido y lo que queda por vivir debido a la pandemia ha hecho mella en la gestión municipal, sobre todo porque ha paralizado durante más de un año buena parte de la actuación política, centrados como se ha tenido que estar en la lucha contra los efectos sociales y económicos del covid.

Por eso, este año político que ahora se inicia será vital para que Kichi tome una decisión definitiva sobre su futuro. Si en estos doce meses el Ayuntamiento consigue sacar adelante sus proyectos; si en estos doce meses las restantes administraciones públicas responden a las necesidades de Cádiz y no actúan bajo un prisma puramente ideológico; y, sobre todo, si en estos doce meses la prometida ayuda de Europa se acuerda de esta ciudad y permite recuperar proyectos ya casi dados por imposibles, el panorama que se encontrará José María González, más allá de sus sentimientos puramente personales, será contar con todas las cartas para una nueva victoria electoral.

Pleno telemático en Cádiz debido a la pandemia. Pleno telemático en Cádiz debido a la pandemia.

Pleno telemático en Cádiz debido a la pandemia. / Jesús Marín

Se es consciente desde la coalición de izquierdas que la marca Kichi supone un extra de concejales en unas elecciones, como durante veinte años pasó con Teófila Martínez y el PP y antes lo fue con Carlos Díaz y el PSOE.

A la vez, los actuales socios de gobierno, desde Ganar Cádiz, tienen pendiente la elección de su propio líder municipal si Martín Vila también se marcha, como ha comentado en más de una ocasión. Sin embargo Vila es hoy, más allá de polémicas desde sectores de la ciudad más reacios a los cambios de modelo urbano, el concejal más eficaz del gobierno municipal, lo que le debería de suponer una presión para garantizar su continuidad en 2023.

Los carteles del PP y el PSOE

Todo ello está siendo observado de forma muy detenida desde la oposición municipal. Ni PP, ni PSOE, ni Ciudadanos tienen cerrado su cabeza de cartel. En alguna de estas formaciones, especialmente la socialista, hay intensos movimientos internos entre las distintas familias para ver quién lucha por la Alcaldía.

El PSOE perdió el gobierno de la ciudad hace más de 25 años y aún no ha encontrado la fórmula para recuperarlo. Dejando al lado la competencia por la izquierda, tendrá que afinar bien a la hora de buscar un candidato o candidata que sea capaz de ganarse la calle.

El PP puede ganar el espacio que deje libre un Ciudadanos en descomposición y un partido, Vox, que por ahora ha sido incapaz de entrar en las instituciones gaditanas. Los populares notaron la marcha de Teófila Martínez y siguen sin tener un recambio con el tirón de ella, sin duda algo imposible de conseguir.

Más allá de quienes compitan en mayo de 2023, la ciudad se la juega en el curso que ahora se inicia. Estos meses van a ser trascendentales para comprobar cuánto dinero de los fondos de recuperación de Europa llegan a Cádiz.

La incógnita de Europa

El listado de peticiones es amplio. En el mismo hay proyectos que forman parte de nuestra vida y que se encuentran hibernados por la falta de dinero: entre ellos el Hospital Regional, la rehabilitación del Castillo de San Sebastián y la transformación de Valcárcel en centro universitario. Si finalmente quedan los tres fuera de esta aportación comunitaria su desarrollo se alargará en varios años más e incluso estarán en peligro, como el Castillo y la Facultad de Ciencias de la Educación, porque no hay capacidad económica para asumir su financiación a corto o medio plazo y con todo lo que ello supondría para nuestra ciudad.

De Europa debe llegar dinero para actuaciones como la reforma integral del Parque Genovés, la rehabilitación de viviendas y la mejoras de la movilidad urbana, entre otras cuestiones.

Por todo ello, nuestra dependencia respecto al Plan de Resiliencia supone un claro riesgo ni no se logra lo solicitado, o si se quedan fueran proyectos relevantes para nuestra economía.

A lo largo de nuestra reciente historia hemos iniciado periodos de tiempos de gran relevancia. Pero nunca hasta ahora nos hemos enfrentado con un periodo donde nuestro afianzamiento como ciudad está tan en el aire, dependiendo tanto de otros y con tantos proyectos muy necesarios a la espera de ponerse en marcha, con la duda de si al final saldrán adelante, y el temor de que si no fuese así los podríamos perder de forma definitiva.

El gobierno municipal, tras lograr reducir de forma más que notable la deuda bancaria, está en disposición de elaborar para 2022 unos presupuestos expansivos. Una necesidad y una obligación, por cuanto a falta de grandes empresas y de la dejación de otras administraciones con la capital, el Ayuntamiento sigue siendo uno de los motores de nuestro día a día.

Terminadas las vacaciones, debe ser una prioridad municipal cerrar el Presupuesto para 2022 antes del 31 de diciembre próximo, evitando las dilaciones pasadas y a fin de aprovechar todos los meses del nuevo año. Junto a las prioridades que marca la vida de Cádiz, la vivienda y los servicios sociales, es importante que el Ayuntamiento afronte con sus propios recursos obras pendientes en los últimos años.

Estado y Junta también tienen mucho que decir en este nuevo curso. Obviamos el amplio listado de proyectos que están en sus manos y que llevan parados en algunos casos desde hace más de dos décadas. El PSOE y del PP están al frente de estas administraciones y tendrán que hacer ver a la ciudadanía que actúan por las necesidades de la población y no a la contra de quien gobierna en la ciudad.

Ante este panorama Kichi tiene dos misiones. Por una parte, presionar ante estas administraciones para que asuman sus obligaciones; por otra, activar al máximo el ritmo de gestión del Ayuntamiente, evitando perder un tiempo que la ciudad no tiene para agilizar todo lo que está pendiente.

El nuevo año político que ahora se inicia verá terminar las obras del Museo de Carnaval, y entonces podremos constatar su potencial cultural, social y comercial para la ciudad; se iniciarán las obras en los Depósitos de Tabaco (que estarán listas a finales de 2023 y no en 2024 como se decía por error en una anterior crónica); se adelantará en la urbanización de la Plaza de Sevilla, especialmente en el Mercado Gastronómico y el nuevo hotel.

Junto a ello, está una operación que para algunos puede no ser nada relevante, incluso producto de la locura de unos cuantos: la ciudad apostando por la movilidad urbana sostenible. Este año, si nada se tuerce y si el Ayuntamiento es ágil en este proceso, que por otra parte no cabe olvidar que desde la Unión Europea se considera una prioridad, deberíamos de comenzar a ver sus virtudes y su incidencia en nuestra calidad de vida.

De la mano de la Autoridad Portuaria se darán los primeros pasos en la conexión puerto-ciudad, sin duda la operación de mayor calado en el último siglo, incluso superando lo que para Cádiz supuso el soterramiento del tren. González no debería de infravalorar el valor que tiene para la capital que al frente de la APBC esté la exalcaldesa Teófila Martínez, que tienen muy claro las prioridades de los ciudadanos.

La contaminación política y social que crean algunos habituales de las redes sociales, incapaces de participar con objetividad en el necesario debate público y, en su mayoría, frustrados por su escasa relevancia social en Cádiz, no debería de afectar a la gestión municipal en este año tras trascendental para Cádiz. Los gestores de San Juan de Dios tienen ya mucho en lo que pensar y en lo que hacer para perder su tiempo en cuestiones ajenas a los intereses del vecindario.

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